miércoles, 1 de abril de 2009

Hoy Londres, mañana Europa.

El sistema mundial necesita una reforma integral, una reforma que dignifique la vida humana y no sobreponga al mercado por encima de todas las cosas. El mundo tiene que cambiar, y Europa tiene que ser uno de los elementos centrales de dicho cambio. Tenemos que aspirar, a un desarrollo sostenible, es decir, a un desarrollo que responda a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras a la hora de satisfacer sus propias necesidades. Un desarrollo sostenible no ya solo a nivel ecológico, sino a nivel económico-financiero y social.

Para apostar por otro modelo de desarrollo, tenemos dos citas en un breve espacio de tiempo en las que nos jugamos mucho:

1.- Londres, reunión del G20: pese a que participen solo Estados, los cambios que de ahí se deriven pueden entrañar cambios que nos influyan a todos. Los jefes de Estado y de Gobierno que participaran tendrán la responsabilidad de, o bien continuar con el actual sistema mundial -obsoleto- o bien regular los mercados financieros y monetarios, no ya solo para salir de esta crisis -financiera, económica y alimentaria-, sino para establecer un orden mas justo y mas duradero.

2.- Las Elecciones Europeas del 7 de Junio de 2009, donde podremos elegir de que color sea Europa. Una Europa que, con sus más de 500 millones de ciudadanos se presenta como un actor principal en un orden mundial basado en el multilateralismo. Podemos elegir, por tanto, entre una Europa asocial y egoísta, o una Europa social y con vocación de servicio mas allá de sus fronteras.

Son dos momentos, en uno poco podemos decidir, pero mucho se decide. En el otro, todos podemos votar, por lo que todos podemos decidir.

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