Estando en precampaña para las elecciones al Parlamento Europeo de junio, solo podemos indicar que la clave para el éxito del proyecto socialista es la movilización del electorado, y hacerle a este consciente de la importancia de estas elecciones. Sin movilización, la victoria socialista será, cuando menos, complicado.
El grupo socialista, actualmente segundo en número de diputados en el parlamento tiene una gran ventaja de partida con respecto al grupo popular: mientras que la derecha más que un grupo podemos tratarla de una alianza estratégica por objetivos, los socialistas compartimos unas ideas, principios y valores. Somos un grupo más y mejor cohesionado. Dicha cohesión debemos aprovecharla como uno de los principales motores de nuestro proyecto.
Si bien "la izquierda no tiene el monopolio del corazón", si tenemos en este momento la exclusividad del mismo. Las políticas tanto económicas como sociales propuestas por la derecha -o mejor dicho, las derechas - se han demostrado, con la actual crisis económica que superamos, caducas e impotentes ante la situación en la que nos encontramos. Debemos hacer valer nuestros principios éticos y políticos durante la campana, explicar al ciudadano -uno por uno si es necesario- que proponemos, con que objetivos y con que interés.
Por ultimo, hemos de recordar que la socialdemocracia es ha día de hoy mas vigente y necesaria que nunca. Por citar algunos ejemplos más de 1.200 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable; 1.000 millones carecen de vivienda estimable; existen 840 millones de personas mal nutridas, de los cuales 200 millones son niños menores de cinco años. Si bien Europa aporta el 55% del presupuesto mundial de ayuda al desarrollo -con un total de 7.300 millones en el presupuesto de 2008-, hemos de aumentar dicha cifra. La socialdemocracia, y su intrínseco valor internacionalista, es la corriente política mejor situada para apoyar una verdadera emancipación -dignificación- de los ciudadanos de los países en vías de desarrollo.
El grupo socialista, actualmente segundo en número de diputados en el parlamento tiene una gran ventaja de partida con respecto al grupo popular: mientras que la derecha más que un grupo podemos tratarla de una alianza estratégica por objetivos, los socialistas compartimos unas ideas, principios y valores. Somos un grupo más y mejor cohesionado. Dicha cohesión debemos aprovecharla como uno de los principales motores de nuestro proyecto.
Si bien "la izquierda no tiene el monopolio del corazón", si tenemos en este momento la exclusividad del mismo. Las políticas tanto económicas como sociales propuestas por la derecha -o mejor dicho, las derechas - se han demostrado, con la actual crisis económica que superamos, caducas e impotentes ante la situación en la que nos encontramos. Debemos hacer valer nuestros principios éticos y políticos durante la campana, explicar al ciudadano -uno por uno si es necesario- que proponemos, con que objetivos y con que interés.
Por ultimo, hemos de recordar que la socialdemocracia es ha día de hoy mas vigente y necesaria que nunca. Por citar algunos ejemplos más de 1.200 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable; 1.000 millones carecen de vivienda estimable; existen 840 millones de personas mal nutridas, de los cuales 200 millones son niños menores de cinco años. Si bien Europa aporta el 55% del presupuesto mundial de ayuda al desarrollo -con un total de 7.300 millones en el presupuesto de 2008-, hemos de aumentar dicha cifra. La socialdemocracia, y su intrínseco valor internacionalista, es la corriente política mejor situada para apoyar una verdadera emancipación -dignificación- de los ciudadanos de los países en vías de desarrollo.
Por tanto: la movilización como paso necesario para ganar las elecciones. Nuestra cohesión, nuestros valores éticos y la vigencia de nuestras ideas, nuestros principales puntos fuertes, plasmados en la Manifesto de Partido de los Socialistas Europeos
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