Pasan unos días desde que exploto el escándalo del espionaje político en Madrid. Pasan los días y las cosas se enturbian, no ya solo por la poca transparencia de los implicados, sino por la opacidad del Partido Popular en general.
Independientemente de las valoraciones políticas y judiciales que se puedan hacer de tal presunta barbaridad -anti-democrática, anti-constitucional, anti-institucional, anti-principios, etc.-, me gustaría saber de que manera puedo explicarles al resto de colegas del despacho esta situación inverosímil e increíble.
Creo que tal escándalo deslegitima no ya solo al P.P., sino lo que es peor, al conjunto de las instituciones. Esperanza Aguirre, y su concepto de la responsabilidad política, esta no solo acabando con los servicios de la Comunidad de Madrid, sino con su credibilidad política y su valor institucional, no ya solo a nivel nacional, sino también internacional (veremos que pasa con los Juegos Olímpicos, por citar un ejemplo).
Independientemente de las valoraciones políticas y judiciales que se puedan hacer de tal presunta barbaridad -anti-democrática, anti-constitucional, anti-institucional, anti-principios, etc.-, me gustaría saber de que manera puedo explicarles al resto de colegas del despacho esta situación inverosímil e increíble.
Creo que tal escándalo deslegitima no ya solo al P.P., sino lo que es peor, al conjunto de las instituciones. Esperanza Aguirre, y su concepto de la responsabilidad política, esta no solo acabando con los servicios de la Comunidad de Madrid, sino con su credibilidad política y su valor institucional, no ya solo a nivel nacional, sino también internacional (veremos que pasa con los Juegos Olímpicos, por citar un ejemplo).
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