lunes, 8 de diciembre de 2008

JUVENTUD Y PARTICIPACION ELECTORAL

Los datos de participación en las distintas convocatorias electorales en España han de hacernos conscientes de que nuestros niveles de participación son ligeramente inferiores a la media de los países de nuestro entorno. Esto, unido a que la victoria del PSOE esta constantemente ligada a una alta asistencia electoral, debería hacernos reflexionar sobre quienes son los abstencionistas y cuales sus motivos. Sin lugar a dudas, el voto joven es más abstencionista que el de otros perfiles. Sin embargo, es manifiesto que las sucesivas victorias de José Luis Rodríguez Zapatero han estado respaldadas por un claro voto joven.

El voto es una participación política en tres sentidos, ya que es accesible a toda la ciudadanía, el voto de cada persona vale lo mismo y nadie tiene que rendir por el. Sin embargo, en las democracias avanzadas, entender la participación política como el simple hecho de votar es algo que debe ser superado. La actividad política debe ser constante y participativa, y fomentada desde la juventud para así evitar abstencionistas. No podemos caer en el riesgo moral de ver la democracia como algo bancal y residual. Tenemos que trabajar por evitar el desinterés político, no ya solo en la juventud, sino en el conjunto de la sociedad, puesto que tal y como dice Arnold J. Toynbee, el mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan.

A tal respecto, el trabajo de los jóvenes en el seno de los partidos -disfrutando estos de estructuras orgánicas propias y al mismo tiempo complementarias a los intereses del partido- representa no ya solo una garantía de futuro, sino una clara herramienta para fomentar la participación política, la priorización de los valores democráticos y todo tipo de habilidades institucionales. Es cierto que la existencia de Juventudes en el seno de un partido puede aumentar la competitividad interna en el interior del mismo, si bien esto, al mismo tiempo, supone un factor de aumento de la cooperación electoral.

Es por ello que fomentar la participación juvenil dentro de los partidos políticos no debe ser simple y llanamente responsabilidad de los jóvenes, sino que debe ser impulsado -pero no monitorizado- desde instancias de responsabilidad superior. La actividad democrática de estos garantiza una mejor calidad democrática en el seno de los partidos y al mismo tiempo aumenta las posibilidades de abrir ideas a un conjunto de la sociedad estadísticamente más abstencionista que otros.

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