Los recientes “rescates” financieros, “hundimientos” bancarios y “desplomes” bursátiles mundiales vuelven a poner de manifiesto que otro modelo de sociedad es posible, que otro modelo de economía es posible. El libre mercado sin apenas arbitraje por parte de los Estados –o mejor dicho aun, con un arbitraje imparcial por parte de ciertos Estados…- es un modo inviable de crecimiento, un modelo injusto de desarrollo. La filosofía de “adelgazar el Estado para mejorar la calidad de vida” es un autentico fracaso. El modelo de crecimiento que estamos llevando a cabo es insostenible, incierto, y basado en valores especulativos de los que solo unos pocos se benefician. A todas luces, algo injusto. Para cualquiera, una aberración social.
En menos de una semana hemos asistido al “rescate” de dos de las mayores entidades de crédito de EEUU, al “rescate” de uno de los mayores bancos financieros, a la declaración de bancarrota de otro y al “desplome” de las principales plazas financieras del mundo. Frente a esta situación, el único “rescate” que hasta ahora hemos logrado ha sido el de inyección de capital por parte de organismos de Estado. Es decir, el sector privado ha sido salvado por parte de intervenciones Estatales. O lo que es lo mismo, los ciudadanos –que raras veces somos beneficiarios de los beneficios de las “empresas privadas”-, hemos pagado el rescate de las mismas. Todos estamos “salvando” el beneficio de unos pocos.
Todas estas circunstancias crean alarmismo. Quizás, para muchos, estos últimos meses están atacando a sus principios “liberales”. Para mí, por el contrario, están siendo meses de reafirmación socialdemócrata. Estos meses están dando ejemplos palpables al modelo de sociedad que como socialista deseo. Me vuelven a confirmar que un Estado fuerte es aquel que es capaz de hacer frente a situaciones adversas ayudando a aquellos que más lo necesitan. Estos meses vuelven a reafirmar mi idea de que un Estado es digno cuando sus políticas son dignas, un país que sube las pensiones mínimas pese a las crisis del sistema, un Estado que ayuda a aquellos que son dependientes, un Estado que aumenta el gasto público en Educación, un Estado que apuesta por el I+D+I…En definitiva, nuestro Estado está haciendo frente a “rescates”, “hundimientos” y “desplomes” con dignidad.
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